Novio de alquiler by Kim Lawrence

Novio de alquiler by Kim Lawrence

autor:Kim Lawrence
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2021-07-22T19:32:37+00:00


Capítulo 7

PARECE que te conocen –comentó Georgina, después de que Callum pidiera el vino sin consultarla.

–Me alojo aquí.

Saber que tenía una habitación tan cerca le produjo de nuevo una sensación de desasosiego. Casi sin darse cuenta, empezó a fantasear que Callum la llevaba a su habitación… Con un sobresalto, volvió a la realidad.

–Puedes beber –comentó Callum señalando al vino, que todavía ella no había probado–. No voy a intentar emborracharte. Me parece recordar que te duermes.

–Realmente te encanta recordarme lo que pasó, ¿verdad? –le contestó con una mirada de odio.

–¿Eres siempre tan dura contigo misma?

–Éso te lo dejo a ti–respondió ella, sorprendida por la pregunta.

–No haré concesiones contigo por nuestra relación personal –admitió Callum.

–No tenemos ninguna relación –le espetó Georgina, temblando ligeramente.

–¿Acaso te ha roto todos los esquemas el desear tanto acostarte conmigo?

–Realmente te crees irresistible, ¿verdad? –bufó ella con incredulidad–. Resulta tremendamente patético.

–Al menos hiciste que… ¿cómo se llamaba?… Alex sintiera celos. ¿No era eso lo que querías? –preguntó Callum–. Si estábamos hablando de cosas patéticas…

–Pagué un precio demasiado alto.

–No lo consideraste así en aquel momento –respondió él, haciendo que Georgina se sonrojara–. No te hagas la remilgada conmigo, Georgina. Tus apetitos no son distintos de los de los demás.

–Pensé que habíamos venido aquí para que te diera un informe.

–Te escucho –contestó con brevedad, reclinándose en la silla.

Callum escuchó con mucha atención, sólo interrumpiéndola de vez en cuando para hacer ciertas preguntas.

–Has sido una niña muy aplicada –dijo cuando ella acabó.

–Se me ocurren dos palabras para definir ese comentario: denigrante y condescendiente –respondió, clavando el cuchillo en un espárrago con más fuerza de lo normal.

–Estoy impresionado. ¿Eso te parece mejor?

–Mucho mejor –asintió de mala gana–. Pensé que tenías hambre pero todavía no has tocado la comida –le dijo, mirando el plato.

–Si lo hubiese hecho, probablemente me habrías acusado de no prestarte atención –comentó él con una nota de guasa en la voz–. No me tratas con la deferencia a la que me he acostumbrado. Nunca me han llamado «señor» tan a menudo como desde que llegué aquí.

–No hay ninguna razón para que me una a la larga fila de aduladores. Estoy despedida, ¿recuerdas?

–Me parece recordar que fuiste tú la que presentaste la dimisión.

–A fin de cuentas, es lo mismo. Simplemente te tomé la delantera. ¿O acaso no te habías decidido ya a ponerme de patitas en la calle?

–Cuando me lo planteé, llegué a la conclusión de que no podía separarme de ti –replicó con sorna–. Me olvidaba de que ahora que eres una mujer acaudalada, te puedes permitir ser imprudente, ¿verdad, Georgina?

–Sí, es maravilloso. Ni siquiera tengo que acostarme con el jefe. ¡Qué alivio! –contestó ella con desdén, recordando que, si no hubiese sido tan imprudente desde un principio, no estaría en esa situación.

–Pensé que te las habías arreglado para mantener a Oliver a distancia, simplemente haciéndote la interesante. ¿O acaso estabas mintiendo? Ahora yo soy tu jefe… te podrías acostar conmigo. Pero no te mencionaré en mi testamento ni te ascenderé de puesto.

Georgina estaba demasiado nerviosa para decidir



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.